miércoles, 29 de febrero de 2012

Cuando se repite y se reitera

Cuando se repite y se reitera por parte de unos que se desvinculan de la violencia de otros, quizá es que puede que empiece el tiempo de no sentirse vinculados a ellos. Simplemente. No sentirse vinculados a ellos más que por lo que son, por ser personas, y porque tienen y tendrán espacio en el mundo por el que sí luchamos. Quiero decir que puede que tengamos que empezar a pensar si las luchas por funcionarios o porque no haya recortes presupuestarios en organismos públicos son nuestra lucha. Luchar, entonces, por nuestro bando y enfocar nuestra fuerza estratégica en hacer que cundan nuestras opiniones y nuestras opciones.

Es un dolor que llega a ser absurdo el que una y otra vez escuchemos decir que somos alborotadores, vándalos y violentos de las bocas de gente que están en el mismo lado de la calle. Y no es algo extraño o nuevo. Quizás es que ni es un conflicto o un eterno debate dentro de un bando. Quizás es que llega el tiempo, aunque este tiempo nunca haya dejado de estar ahí, de que una mayoría de los que defendemos otra cosa bien distinta digamos sin rodeos ni miedos que es cierto, que no somos ni estudiantes ni médicos ni trabajadores sociales ni altermundistas, que lo que somos es gente que está convencida de que lo que se necesita es que desaparezca el dinero y toda forma de propiedad privada, que desaparezca también el estado y toda forma de autoridad.

Habrá gente de los que estén en nuestro lado de la calle que volverán a decir que lo mismo que ya dicen al fin y al cabo. Pero lo que no puede ser es que no gritemos a los cuatro vientos que nosotros no vamos de reformas, que no queremos mantener privilegios ni comodidades de nadie, que nos dan igual las listas de derechos, las constituciones y las ciudadanías. Es más, nada debe de haber de malo en afirmar que ni queremos hablar en esos términos ni queremos negociar, ni pactar y menos pedir. Afirmemos que nuestro plan es tomarlo, y que nuestra muestra de bondad con los pequeños reyezuelos es aconsejarles que salgan corriendo.

La desvinculación que hemos de afrontar supone tomar independencia de los límites que se aceptaron en las constituciones y en cada ley que han ido escribiendo. Si no somos visibles en esa rotundidad no haremos la diferencia necesaria para comenzar una revolución.

3 comentarios:

  1. ¡Basta ya de tanto pan y chorizo!¡Basta ya de "escuela pública para todos!¡Basta ya de cancioncillas como las de "hace falta ya una huelga general!¡Basta ya de gente sociata-progresista que sólo asoma la cabeza cuando la gaviota está en el poder!¡Basta ya de estas mierdas de desvinculación y que somos la verdadera lucha pacífica! Todo esto nos arruina como grupo de lucha, nos denigra y nos hace el paseillo. Nos señalan por la calle -Es un violento. Y nos tenemos que callar, porque la sociedad prefiere a gente con florecillas, maripositas y tijeras de cartón. se quejasn por un 5% (http://carasazulesonrojadas.blogspot.com/2010/05/el-5-que-movio-el-mundo.html) y no se quejarán jamás de la estafa que supone pertenecer, o mejor dicho, sostener, a este sistema.
    Yo creo en la violencia y no estoy pecando, porque bebo violencia, respiro violencia y me arropo con violencia sólo con el gesto de abrir el grifo o una ventana o echarme una manta. Bebo, respiro y me mantengo caliente con la mala hostia de saber que mi supervivencia depende de que unos ladrones me estafen. ¿Acaso no hay mayor violencia que ver a los de tu mundo ser estafados y que estos crean que son libres y encima les hagan el juego a los matones de su reino?

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  2. Parece ser algo desdeñable que alguien se canse de ser utilizado por los grandes partidos, no debemos dejar de ser pececitos en un piscifactoría donde el partido de turno busque lo que necesita para llegar a su objetivo. Cansados muchos de manifestaciones que ya rozan lo rancio, que no solucionan nada al no conocer bien las aptitudes de nuestro enemigo. Cansados también de que bajo el concepto de colectivo se escondan pequeños pseudo-oradores, en muchos casos adscritos a un partido y siempre afines a alguno, que mueven hilos en los entresijos de los colectivos para que la masa proclame sus posiciones como propias. Cansados ya de todo eso aparecen personas que les da por pensar por sí mismos y llegar a conclusiones mas íntimas. Descubren que esta memocracia, sustentada en la ignorancia colectiva, ejerce una presión descomunal sobre las clases bajas sin tener en cuenta las penosas idiosincrasias de cada individuo. Saben a quien se enfrentan, empiezan a conocerlo pero algo les queda claro desde un principio que pensar y por lo tanto llevar a la práctica esas deducciones serán brutalmente reprimidas como mínimo con la marginación social. Ante esto dos caminos; volver a ser pececito o terminar de una vez por todas con el despiadado sistema que nos esclaviza y nos hace ser un contenedor de necesidades absurdas, así se nos entretiene con la lucha y consecución del puto dinero, y de pensamientos simplistas con los que creemos ser ostentadores de pensamiento propio, pero nada más lejos de la realidad quien se salga de la idea colectiva será cuantas veces de tiempo a señalar como un ente marginal y fuera de un nucleo societario cohesionado e igualitario. Ante todo esto sólo me queda desear a todos esos que apuntan con el dedo que delante de un espejo encuentren a otro ser violento que excluye a personas y cree tener razones propias para ellos.

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  3. El ellos de la última palabra es un ello. Me ponen nerviosos esta banda de cretinos sin pensamiento propio que como un lorito repiten las ideas de esos ..... sujetando flores y pancartitas tipo " no somos antisistemas, el sistema es antinosotros". Serán mediocres. Pues yo soy antisistema y me la suda que quemen coches, cajeros... aunque se den casos donde un cajero u otro utensilio material demuestre más inteligencia que muchos, pero que quieres que te diga prefiero seguir conociendo a personas y de vez en cuando tener conversaciones inteligentes con ellas, que no terminar sonriendo a un cajero automático por mostrar mi complicidad con él.

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